martes, 3 de agosto de 2010

REFLEXIÓN-CICATRICES



En un dia caluroso de verano en el sur de Florida, un niño decidió ir a nadar en la laguna detrás de su casa.
Salió corriendo por la puerta trasera, se tiró en el agua y nadaba felíz.
Su mamá desde la casa lo miraba por la ventana, y vió con horror lo que sucedia.
Enseguida corrió hasta su hijo gritándole lo mas fuerte que podía. Oyéndola el niño se alarmó y vino nadando hacia su mamá. Pero fue demasiado tarde…
Desde el muelle la mamá agarró al niño por sus brazos. Justo cuando el caimán le agarraba sus piernitas.
La mujer jalaba determinada, con toda la fuerza de su corazon. El cocodrilo era mas fuerte, pero la mamá era mucho mas apasionada y su amor no la abandonaba.
Un señor que escuchó los gritos se apresuró hacia el lugar con una pistola y mató al cocodrilo.
El niño sobrevivió y, aunque sus piernas sufrieron bastante, aún pudo llegar a caminar.
Cuando salió del trauma, un periodista le preguntó al niño si le quería enseñar las cicatrices de las piernas.
El niño levantó la colcha y se las mostró.
Pero entonces, con gran orgullo se remangó las mangas y dijo:
“Pero las que ud debe ver son éstas”
Eran las marcas de las uñas de su mamá que habian presionado con fuerza.
“Las tengo porque mamá no me soltó y me salvó la vida”

MORALEJA:
Nosotros también tenemos cicatrices de un pasado doloroso. Algunas son causadas por nuestros pecados, pero algunas son la huella de Dios que nos ha sostenido con fuerza para que no caigamos en las garras del mal.
Recuerda, si te ha dolido alguna vez el alma, es porque Dios te agarró demasiado fuerte para que no caigas.

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